sábado, 23 de julio de 2016




A GABRIEL GARCÌA MÀRQUEZ

Nostalgia pende en el aire. Existe un silencio augusto. Las tórtolas agitan sus alas, suavemente, mientras tus versos se van difundiendo en el espacio infinito, convertidos en ecos, en luciérnagas, en ágiles mariposas, hasta reposar en el concierto de los grillos.

El poeta nunca muere porque queda estampado entre las rimas, en sus ideas volcánicas, en sus latires profundos, sus meditaciones permanentes, en la sonrisa que despiertan sus ideas o en el llanto desgarrado que le roba la sublime inspiración. En ese laberinto de  sentimientos que conducen a la compenetración espiritual, a la comuniòn con Dios por ser el que nos otorga el privilegio de ser  amantes cultivadores de la poesía.

GABO, no es el final de una época, es solo el principio de tu gloria, de la majestuosidad de tus impresionantes letras que recorrieron el mundo e incitaron a la lectura, al conocimiento de raíces, tradiciones, aconteceres y hechos de personajes simbólicos.

Hoy tu lira descansa, mas no las huellas de tus manos  en tu extensa producción literaria. Fusionaste de la fe, los milagros, de la creación, los hechos sobrenaturales, de la existencia: la cotidianidad, de los países, su realidad política.

Ahora vuela GABO, vuela, hacia la inmensidad de lo que es misterio, hacia las dimensiones inexploradas por los que estamos vivos, escóndete entre las nubes, acaricia los rayos del sol, retrátate  en el espejo escarchado de las estrellas y desde allá, deja que nosotr@s sigamos difundiendo tu obra colosal.

Trina Leè de Hidalgo
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