A mi maestra
Ya se fue mi maestra,
la luz de mis auroras,
la que tejió mis sueños
y la rima devora.
La recuerdo en el aula,
afanosa, constante,
vibrando en su mensaje,
la risa rutilante.
La mano hábil volaba
sobre la cartulina,
en ella se estampaba
su chispa peregrina.
Sobre el árbol frondoso,
hermoso, colosal,
fue prendiendo una Orquídea,
nuestra flor nacional,
y en la copa, trinando,
con su gran colorido,
entre ramas alegres,
le dibujó un Turpial.
El árbol corpulento
lo bañó el astro rey
y en trazos amarillos,
se volvió Araguaney!.
Trina Lee de Hidalgo
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